Islas sanadoras del paisaje
Territorio
de topografía predominantemente horizontal sobre la que discurren arroyos y
ríos.
Tierras
fértiles de vega fragmentadas en una suerte de regularidad cartesiana sobre la
que se diseminan pequeños asentamientos humanos que responden a una intensa
actividad agrícola desarrollada de manera creciente en los últimos 60 años al
albur de los mercados.
Carreteras
asfaltadas y caminos agrarios permiten la circulación de vehículos, maquinaria
agrícola y mercancías, con dificultad peatones.
Canales
y acequias necesarias para el riego de los cultivos.
Componentes,
todos ellos, que son llevados al límite; elementos que se intersecan sin
transiciones: la trama urbana se recorta con contundencia sobre el tejido que
conforman las parcelas agrícolas y por las vías de comunicación que arañan el
paisaje; las tangencias son rotundas.
El
paisaje agrario fluctuante se ha convertido en un complejo sistema que ha debilitado
y degradado el ecosistema del río y su entorno inmediato.
Se hace necesario una reconciliación entre
producción y naturaleza: sotos de ribera, bosques intercalados entre
cultivos o franjas de vegetación natural pueden constituir estructuras amortiguaras
de los efectos esquilmadores de las dinámicas agrícolas.
¿Por qué no islas sanadoras del paisaje?
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